A nosotros sí. Por eso siempre transportamos la fruta por tierra o mar en lugar de por aire.
Nuestro propósito es encontrar la mejor fruta y luego dar con la mejor manera y la más sostenible de meterla en nuestras botellas.
Sabemos que el transporte por carretera, principalmente el que recorren los camiones, es uno de los máximos causantes de nuestra huella de carbono. En los dos últimos años hemos cambiado radicalmente cómo y dónde hacemos nuestras bebidas, de modo que vendemos muchas más bebidas cerca de donde se hacen. De este modo, el impacto del dióxido de carbono relacionado con el transporte de cada bebida se redujo en nada menos que un 30% entre 2015 y 2017 (y estamos esforzándonos para actualizar estas cifras). Este fue un gran paso hacia nuestro objetivo de conseguir cero emisiones en todas nuestras operaciones para el año 2030.